Se dice que las mujeres somos la energía del dinero, las administradoras del hogar, o quienes sabemos hacerlo rendir. Como una gran cualidad, al emprender nuestros negocios tenemos desarrollada una intuición distinta, una con una visión a más largo plazo, lo cual en un mundo de emprendedores, nos coloca con una competencia más a nuestro favor y que, con un mejor enfoque de diversificación, podría crear resultados exponenciales.
Según la revista Forbes, de acuerdo a un estudio de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas, de sus ganancias, las mujeres destinan más del 70% de ellas para su comunidad y su familia, mientras que los hombres solo inyectan entre 30 y 40% de sus recursos de esta forma.
Esto nos habla de un área de oportunidad donde, si tenemos claro el porcentaje de diversificación de nuestras ganancias, podríamos redistribuir y crear resultados con un mejor impacto a menor plazo.
Ejemplo del 100% de nuestras ganancias: 50% destinarlo a nuestra comunidad o familia, 15% al patrimonio, empresa o negocio, 15% en desarrollar nuevas capacidades (cursos,relaciones públicas, networking, experiencias etc…), 10% en instrumentos de deuda o inversión que pongan a trabajar parte de nuestras ganancias para crear más dinero y reinvertirlo, y 10% en reserva financiera que servirá como fondo para la misma empresa.
Podemos observar que el principio básico de cómo incrementar nuestro patrimonio, está en la diversificación. Y así, con un entendimiento claro y perdiendo el miedo a transformar la óptica en el tema financiero, sumado a las competencias que ya poseemos, generamos mucha más solidez para nosotras y nuestras empresas en todos los niveles.
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